Naturaleza y cultura.
La naturaleza fue generosa con esta isla mediterránea de 3.626 km2. La dotó de montañas majestuosas, playas de aguas tranquilas, cielos despejados y un clima suave en invierno y cálido en verano. Su entorno acogedor y su situación estratégica la han convertido en punto de encuentro de pueblos y civilizaciones.
Mallorca ha acogido a fenicios, griegos, cartagineses, romanos, vándalos, bizantinos, árabes, catalano-aragoneses, españoles y europeos de todas las nacionalidades. Este crisol de culturas ha configurado un patrimonio histórico que realza el atractivo natural de la isla y ha conformado el carácter hospitalario de sus gentes.
Mirando al mar.
Mallorca cuenta con 565 km de costa que albergan 208 playas. Su tradición marinera ha salpicado su contorno de poblaciones litorales que se unen a las creadas posteriormente para el turismo y las zonas residenciales.
Más de un 40% del territorio de la isla está protegido, constituyendo espacios naturales de gran interés paisajístico. Destaca, entre todos ellos, la Serra de Tramuntana, al noroeste, declarada Patrimonio Mundial por la Unesco.
Cerca de todo.
Palma, la capital, es una ciudad cosmopolita con una intensa vida cultural, económica y comercial. Sus más de 400.000 habitantes disfrutan de variadas actividades de ocio y de modernas infraestructuras de transporte. Su aeropuerto es el tercero de España en volumen anual de pasajeros, sólo por detrás del de Madrid y el de Barcelona, y ofrece vuelos directos a la mayoría de capitales europeas.
Distancia en tiempo de vuelo:
Barcelona | 30 m. |
Madrid | 50 m. |
Londres | 1h, 40 m. |
Berlín | 2h. |
Moscú | 3h, 40 m. |